Estos días azules y este sol de la infancia
me han traído destellos de rondas enzarzadas.
Mi paso acechando las señales de caminos
espinas y rosas, pestilencias, he tenido.
Las lóbregas aceras, sin finales proscritos
y las rancias esquinas, con súplica en sus sitios.
Pesares que consumen, lejanas proveniencias
tumultuosos eventos de raíces no muertas.
Destinos de los míos que lamento en ausencia.
La muerte ya segura de los vivos, que tiemblan.
Y sucumbo ante el aire, sin que un solo suspiro
de mis labios sellados, claustrofobias que vivo.
Debato entonces versos de bardos ya olvidados
en soledad silente, que baja hacia mis manos.
Siento el peso en mis hombros de aquello que sufrieron
incrustarse ahora claros en vacíos que infiero.
Filósofos visito, mi presencia revelo
los manuscritos hurgo, anticipo un encuentro.
De Sócrates , la lógica, de Descartes las dudas
de Nietzsche con recelo tanta crítica insulsa.
Estudio las conquistas, las batallas proféticas,
y sólo hallo las vidas desgarradas, sin metas.
En balance que es caos y aparenta armonía,
entre luces de gracias, entre algunas maestrías.
Estos días azules y este sol de la infancia
no me brinda esplendores, se desplazan en ascuas.
Sabiduría que ansié, conceptos pascalianos
se me toma ahora espesa, con finales errados.
Y allí entre las liras, Prometeo me da el fuego
en el mágico augurio de un roce sin lamento.
Un Nocturno a Camilla, de Chopin que preludia,
o el vals que deshace, un estribillo que arrulla.
Y recuerdo la noche de juventud colmada
cuando mi amante ardiente me miró sin palabras
y un gesto de sus dedos se formó imperceptible
dándome la certeza de las noches sublimes.
Y quizás pienso ahora, sin dragón ni castillo
que un escalón me lleve del sol de infancia, al río,
y me entregue el azul de otro día en esperanza
que el haberlos vivido, es el encanto que abarca.
Ada Bezos Castilla (Maryland)
COSAS QUE NACEN DE MI CUERPO
Estos días azules
y este sol de la infancia
como las serenas hojas de un árbol
temen despertarnos.
Veo borrosa y fiel
esa luz que va en tus ojos
y se disuelve en la palabra
como reptiles de humo.
Pobre del Sol que está lejos
y no sabe las cosas que nombra.
Oscuro es el mar
que concibe la hora
tres días después,
nada fue lo mismo.
Estos días caminan
o descansan bajo tierra.
Hay cosas que nacen de mi cuerpo
pero esos días permanecen
donde la muerte esparce
su pesado olor a sombras.
Yosie Crespo (Miami)
Felicidades Ada!!
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